29.10.10

Sube la audiencia de Haití

Eran casi las cinco de la tarde del 12 de enero del presente año, cuando la tierra comenzó a temblar. A 15 kilómetros de Puerto Príncipe, la capital de Haití, y a 10 metros de profundidad estaba el epicentro del terremoto más fuerte registrado en la zona desde 1770. Con una magnitud de más de 7 grados y varias réplicas que superaron los 5 puntos en la escala, el mayor terremoto que jamás han captado nuestras cámaras de televisión provocó terror, huidas, lágrimas y, sobre todo, muerte.

Fueron más de 300.000 las víctimas mortales de aquel suceso, otro tantos heridos, más de 5.000 amputados y medio millón de personas que tuvieron que dejar su hogar, ahora convertido en escombros, y desplazarse a otras provincias, fuera de la capital. Las calles de Puerto Príncipe se convirtieron en un cementerio de casi 30.000 kilómetros cuadrados, donde los restos humanos se confundían con los escombros de las endebles edificaciones derruidas.

Tanta tragedia y sólo nos hizo falta un mes para borrarlo todo de nuestra mente. Sin embargo, la realidad es que las ayudas humanitarias, a pesar del esfuerzo de muchas organizaciones no gubernamentales, que hicieron todo lo que estuvo en su mano, llegaron tarde y mal. Los grandes organismos internacionales y las ricas y desarrolladas potencias prometieron y prometieron, pero pronto se lavaron las manos, dejando al país antillano sumido en la miseria más absoluta.

Y la prueba la tenemos en la Cumbre Mundial por la reconstrucción de Haití, celebrada en la República Dominicana unos meses después del suceso. Dejando a un lado el hecho de que la Cumbre en cuestión se celebró entre las paradisíacas playas de Punta Cana, con sus resorts y sus complejos vacacionales de cinco estrellas, lugar que no parece el más apropiado para tratar un tema tan serio como éste, el transcurso de la misma estuvo marcado por la insultante ausencia de la mayoría de los principales mandatarios y líderes del mundo.

Y es que la moda ya había pasado, ya nadie hablaba de Haití, los medios ya no le dedicaban ni un minuto a la desastrosa situación en la que estaba sumido el país. Eso o es que quizá se quedaron todos tomándose una piña colada debajo de algún cocotero, quién sabe.

El caso es que Haití vuelve a estar de moda. Ahora es el terrible brote de cólera que padecen los supervivientes de aquel terremoto lo que ocupa cada portada, ahora todo el mundo vuelve a preocuparse por Haití. Los países envían ayudas urgentes, los organismos internacionales se llevan las manos a la cabeza y los líderes hablan de solidaridad, de humanidad… Más allá de la definición aportada por la RAE, ¿sabrán acaso de lo que hablan?

¿Y qué ha pasado con Haití todos estos meses? Ha transcurrido casi un año desde que el mortal seísmo que azotó el país, y nadie se ha preocupado en profundidad hasta ahora. Eso sí, Estados Unidos se ocupó rápido de enviar al país miles de efectivos armados, con el fin de evitar la presencia militar de otras grandes potencias… Que cada uno saque sus conclusiones.

Sin embargo, ha sido casi un año de sufrimiento continuo, de hambre, sed, frío, muerte y más muerte. Y ahora nos alarmamos con la epidemia de cólera, ¿qué esperábamos después de tantos meses sumidos en la miseria y la escasez de recursos básicos, como la alimentación, la higiene o la sanidad?

Como siempre, el problema nos preocupa cuando ya nos ha explotado en la cara, pero es que, ya lo sabemos, los intereses políticos y las audiencias son los que nos hacen cambiar la vista hacia otro lado. La próxima vez procuraremos mirar por nosotros mismos.

1 comentario:

  1. Se puede decir más alto, pero no más claro.

    Gracias por los posts, cada vez se hace más necesario difundir lo que es de sentido común.

    Ánimo y a seguir denunciando.

    Un saludo.

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